El martes fui a ver
El Buen Canario. Es la segunda obra de teatro que veo con Diego Luna y no le vi mejora alguna. Como tal, es una historia interesante con toques de humor negro e ironía saboreable.
Independientemente del lugar lejanísimo al escenario que nos tocó, creo que la actuación de Irene Azuela no es muy buena. Es sobreactuada, falsa y monótona. Sé que el personaje es monótono como tal, pero ella se ve ajena. Siendo a mi parecer el personaje principal -ya que el mentado canario sale tres veces- hizo falta credibilidad. Tache por eso. ¡TACHE!
El manejo de la iluminación y la escenografía fue impecable. Bien lo dijo Ludwing Mies van der Rohe: less is more. Mecánicamente, supongo que con un control remoto, entraban y salían los muebles del escenario. Los fondos eran pantallas donde se proyectaba el contexto de la escena. Simplemente excelente.
Sin embargo, faltó fuerza en el performance de todos, pero me dejó un buen sabor de boca. Los demás actores que enmarcan a los principales se llevan las palmas. Daniel Giménez Cacho y Bruno Bichir me parecieron un acierto para este espectáculo dirigido por John Malkovich.