Una pseudo-historia de venganza (ñaca ñaca)

Estaba yo en la glorieta Chapalita con compañía deliciosa y comiéndome un flan cool (¿o al revés?), cuando derrepenteeee un señor se me acerca para pedirnos dinero. Mi respuesta automática -como seguramente es la de todos ustedes- fue "no, pos oritanotraigooo". Luego me empieza a decir que es de Michoacán y que tiene que mantener a sus hijas y esposa y perro y canario, entre otras necesidades primordiales. Se le escapaba un "vale" casi entre cada palabra. Total que me suelta toda la historia: llevaba en Jalisco unos días (ah pero traía una gorra y playera de las Chivas) y estaba buscando a un tipo que maliciosamente mató a toda su familia (padres y hermanos) y a él lo dejó en coma. Entonces venía a vengarse con sus propias manos. Dijo él "ojo por ojo...". Y yo "chale, ¿neta? ¿pos qué pasó?", y que no me lo cuenta "por respeto a la señorita". Sepa qué sucedió, pero que él quería vengarse y no quería irse de la ciudad sin conseguir su cometido. "Ah, ¿entonces te estoy dando dinero para vengarte?" y que me dice que sí, que su familia y que ya investigó que el tipo tiene hijas y -dice- a una de ellas la quemará. Y yo con cara de shock. Acto seguido, el señor -que según me dijo tenía 28 años- huyó a continuar pidiendo dinero.

¿Real? ¿Falso? ¿Sólo fue para bajarme el peso con veinte centavos que traía?

No sé si su historia sea verídica pero me sacó de onda. La gente va por la vida matando más gente que a su vez mata más y más. Me hace cuestionarme hasta cierto punto el valor de la vida, el dinero y el amooor. Y varias otras cosas que van tomaditas de la mano a las anteriores. Así que, una vez que vea la nota en el Alarma "Quemola por venganza" se me enchinará la piel. Mientras tanto no... O no mucho, pues.